jueves, 24 de junio de 2010

ARCHIVO: ENTREVISTA A ENIGMA

"LUCHA, TATUAJES Y ROCK N’ROLL"
Un reportaje a ENIGMA
Dentro de la actividad luchística que se registra en Argentina en los últimos tiempos es de destacar el profesionalismo de un luchador que se caracteriza no solo por su carisma y las luces con que viste su personalidad, sino también por el notable crecimiento técnico en su desempeño sobre el ring. Enigma, de él se trata, a pesar de ser una incógnita en si mismo nos ha dado, paradójicamente, muchas respuestas acerca del misterioso y fascinante mundo de la Lucha Libre.
por Mónica. S


¿Cómo surge Enigma?
Yo soy fan de la lucha libre, los tatuajes y el rock & roll. En el mundo del tatuaje existe un personaje del circo de Jim Rosh (un circo de freaks) que tiene un puzzle tatuado en todo el cuerpo y se hace llamar Enigma. Como me gustó su performance decidí utilizar su nombre en la lucha libre, ya que al llamarme Enigma puedo actuar como rudo o técnico, ya que nunca se sabe cuál es su modo de actuar.

¿Qué hace a Enigma distinto de los demás luchadores?
Enigma trata de destacar por su estado físico y destrezas acrobáticas, pero fundamentalmente se basa en los conceptos básicos de la lucha libre: lucha de piso y llaves de rendición; como por ejemplo un martillo continuado de un tirante al brazo, o un clásico paquete.

¿Tu estilo tiene ventajas sobre otros?
Eso va de acuerdo al físico o estado atlético tuyo y de tu oponente, sobre todo al tamaño.

¿Desventajas?
No, pero no por la técnica sino porque en la lucha se trabaja con códigos, los luchadores se entienden (en el box sería no darse golpes bajos) porque se trata de rendir al oponente, no de lastimarlo.

¿Te tocó enfrentarte a algún luchador que no respete estos códigos?
Personalmente no, pero conozco historias de ciertas situaciones en las que había viejos luchadores que se querían mantener en esto, no querían perder su fuente de trabajo; y si surgían nuevos luchadores trataban de castigarlos físicamente para que no llegaran a ser reconocidos y les quitaran su puesto.

¿De chico tenías contacto con el mundo de la lucha?
No, pero sí con las artes marciales, practicaba karate y participaba en torneos; luego me dediqué a la música por mucho tiempo, hasta que sentí que necesitaba volver a hacer ejercicio, y empecé a luchar.

¿Qué te brindó la lucha como respuesta a tu búsqueda?
Necesitaba ejercitarme, y al volcarme a la lucha, sentí que tenía resueltas varias de mis necesidades en una sola actividad, ya que éste es un deporte especial, no se trata de lastimar al otro (el oponente es un compañero), sino de brindar un buen espectáculo.
Cuando comenzaste a luchar, ¿tenías alguna imagen que querías seguir?
No tenía un modelo a seguir, pero sí sabía qué quería.

¿Qué era?
Llevar a la técnica lo que se puede adaptar a mi manera de ser, a mi contextura física. Me gustaría lograr algunas cosas que por mi contextura no puedo realizar; como el Caballero Rojo (Baby Reynoso), por ejemplo, pero no puedo ser lo que otros son. Pero con esfuerzo y superación uno mejora día a día en lo que hace.
¿Existe algo que creías imposible y hoy podés realizar?
Todo lo que hago, todo lo que no sea increíble y sea posible de realizar por mí.

¿Algo que te gustaría y sentís que no podés?
Un tope por arriba de la tercera: es una especie de vuelo de ángel, el vuelo de ángel se hace desde uno de los lados, de arriba hacia abajo; en el tope tenés que correr, picar, saltar sobre las tres cuerdas y caer sobre tu oponente, que está fuera del ring, derribándolo desde arriba.

¿Cómo fue tu primer lucha en público?
Fue contra Satán, me dejó la cabeza abollada (sic), un ojo negro y me ganó. Así y todo fue una buena actuación, no se la llevó de arriba.

¿Qué sentiste ese día al salir a luchar?
Es difícil atravesar la barrera de salir a luchar.

¿Por qué?
Porque no sólo vas a enfrentarte a un público, ya que cualquier boxeador o luchador lo hace, a mí me gustaría verlos salir con unas calzas y una capa, a ver cómo soportan esa situación.

¿Sentís que es una situación que tenés que soportar?
Sólo la primera vez. Es así: o lo hacés de esta manera, o te ponés un jean y salís a luchar. No creo que con un jean logres el mismo impacto visual, sobre todo en los chicos, que son los que más se enfervorizan con este deporte-espectáculo.

¿Por qué creés que se entusiasman tanto?
Porque los chicos te ven como un superhéroe.

¿Qué les brindás desde ese rol?
Los chicos toman lo que ven, les gustás o no. Ellos perciben lo que les transmitís, que no pasa por una ropa atractiva, sino por tener cierta actitud, para lograr que ellos quieran que vos ganes la lucha.

¿Entonces hay personajes que tengan que perder?
Es interesante que lo menciones, porque no somos personajes, somos luchadores. Personajes eran los de los programas de TV, enfocados solamente para los chicos, donde estaban quienes debían ganar y quienes debían perder.

¿Está mal enfocarlo de esa forma?
No, es sólo una manera de hacerlo.

¿Cuál sería la tuya?
Responde siempre a lo que me pida el empresario, ya que trabajé para Titanes (solo en clubes), y trataba de darles lo que me pedían, basándome en mis conocimientos.
Entonces es un error catalogarlos como personajes
Sí.

¿Qué es lo que lleva a ese error?
Mirá, hay personajes que no saben luchar y hay luchadores que no saben interpretar un personaje.

¿…?
Las dos instancias son incompletas por separado, lo interesante es que haya un luchador que sepa interpretar un buen personaje.

¿En qué te basás para construir un personaje?
En una empresa que trabaja, donde la hay (no en este momento, porque no hay una actividad firme), los empresarios le dan pautas a los atletas para que desarrollen ciertos personajes que acompañan sus aptitudes naturales.

¿Y en tu caso?
Aún lo estoy desarrollando, sigo aprendiendo día tras día.En EEUU o en México, donde este espectáculo genera millones de dólares anuales, son más exigentes.

¿Público o empresarios?
Ambos. Ya que es un gran negocio, no se pueden dejar las cosas libradas al azar. En Argentina, es algo amateur, no hay controles médicos, no hay pagas que justifiquen el entrenamiento y el show al desarrollar esta actividad. Acá esto se hace como se puede, siempre al máximo, pero sin descuidar el físico, ya que es una actividad muy peligrosa, porque con el mínimo error se puede salir lastimado, y como no vivimos de esto, es bueno cuidarse para poder rendir en nuestras actividades, con las cuales mantenemos a nuestras familias.
¿Qué hace tan especial desarrollar esta actividad?
Es muy raro, no se la puede comparar con otra actividad, una vez que se sube al ring es difícil bajarse, es por eso que se pueden ver tantos luchadores mayores.

¿Hubo algún luchador de los “antiguos” al que te hubiese gustado enfrentarte?
No se me ocurre ninguno, porque quizás no me sentiría del todo cómodo; porque les tengo mucho respeto, también por diferencias de estilos…
¿Sentís que acá hubo una evolución de los estilos de lucha?
No mucho. Es que por falta de incentivos no se hace algo masivo, si fuese así, eso te presiona y te hace superarte.

¿Fue mejor alguna vez?
En una época sí (más o menos entre los años 70 y 78), y había personajes representados por luchadores que venían de la escuela del Luna Park. Allí se practicaban actividades clásicas: box, fútbol, lucha (sin la caracterización). Hoy los luchadores no se nutren de nada de eso, salvo que hayan tenido algún maestro de esa época. Hoy quedan algunos, como Chicho de Catanzaro, que han permanecido por treinta años en la lucha.

¿Hoy podría surgir otro maestro?
Hay muchos buenos atletas, el problema es que no hay una actividad constante, por eso no se puede consagrar nadie como figura o maestro. Todos hacen lo mejor, pero no hay infraestructura.

¿De qué depende que no haya difusión?
Es algo atractivo para chicos y grandes. Algo como el combate, si lo vestimos de luces, lo hacemos espectáculo, no puede fallar. Hoy existe un vacío creativo en los medios, y nadie ve la veta, pero si surge alguien que lo haga sin caer en el lugar común, va a lograr el éxito.

¿Nunca surgió algún proyecto?
Siempre se presentaron proyectos, la comida estaba servida, pero le faltaba la pimienta.Que sería…Ah, te estaría revelando el secreto… que en realidad ni yo conozco bien.

De surgir una propuesta, ¿tendría necesariamente que pasar por la TV?
Esto es como una banda, que va consiguiendo adeptos, con un interés común por parte de la banda. Luego surge la necesidad de televisarlo, porque se ha vuelto masivo. Si se hacen espectáculos aislados, esto no sucede; sin descartar que existe una vía rápida (lo televisivo). Un empresario puede hacer Mambrú y lograr que el país baile sus temas; si es hábil, el espectáculo de lucha podría llegar a un éxito tal que se consuman muñecos, remeras y banderas de sus ídolos.

Entonces se puede hacer un buen producto desde ese lado, ¿no hay una “mística” en esto?
No hay mística. Acá hubo un vaciamiento cultural, que incluye lo deportivo. En México, por ejemplo, los luchadores están federados, los del DF no pueden luchar en otros distritos y existen algunas cosas que no quieren que se televisen; la TV es sólo un apoyo para el deporte. Acá, antes se jugaba al fútbol por un viático y un sándwich, hoy yo lucho a ese nivel.

¿Cuál es la diferencia fundamental entre lo que pasa en México y lo que pasa en Argentina?
Pasa por una cuestión cultural. Hubo un vaciamiento cultural y deportivo, en Sudamérica en general. En México hicieron de este deporte un deporte más, un deporte respetado, sin interrupciones temporales. México y EEUU tienen mucha gente, y por eso espacio para todos lo deportes. Acá hay poca gente, y por el vaciamiento que se produjo hay deportes que no tienen cabida: si te dedicás al atletismo, por ejemplo, te tenés que bancar solo.Es difícil en Argentina, no hay cien personas que se dediquen a esto, nos conocemos entre todos.

¿Cómo ves esto de acá a, por ejemplo, cinco años?
Mirá, te puedo decir un deseo, porque esto siempre está latente: supongamos que el próximo mes un productor de TV se involucra en un proyecto relacionado con esta actividad, en seis meses estarías haciendo una nota comentando que conocés a uno de los del equipo de lucha. En caso contrario, yo, como muchos compañeros, seguiremos entrenando, seguiremos siendo presa de luxaciones, algún que otro esguince, y si tenemos suerte, ninguna fractura. Obviamente nadie se enteraría, y cuando vean dos luchadores, enmascarados o no, arriba de un ring, lo más probable es que escuches: -estos no se pegan, a ellos no les duele, saben caer.

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